CRUCE DE CAMINOS EN COMPAÑÍA DE LUIGI NONO

En el barrio del Trastévere de Roma, ocupando un sitio emblemático de la colina Gianicolo, se encuentra la Real Academia de España. Desde hace más de siglo y medio, esta institución es un espacio para el encuentro y la formación de artistas de diferentes disciplinas, profesionales de la cultura e investigadores. La Academia desde esa posición privilegiada se convierte para sus residentes en una oportunidad excepcional para crear vínculos profesionales y afectivos, un lugar de cruce de caminos, de saberes compartidos. Durante los largos periodos de estancia, sus moradores comparten vida y proyectos que a su vez generan sinergias creativas y colaboraciones en ámbitos de mutuo interés temático.

El resultado de uno de estos afortunados encuentros se muestra en la exposición Y su sangre ya viene cantando que se presenta en la Fundación Seoane de A Coruña. Comisariada por el compositor Hugo Gómez-Chao Porta con la colaboración de Cristina Esteras, se celebra en el marco de RESIS, el excepcional festival de música contemporánea y artes vivas de esa ciudad que este año acoge una programación especial dedicada a la memoria del músico veneciano Luigi Nono (1924-1990), con motivo del centenario de su nacimiento.

El interés por la vida y obra musical de este compositor, tanto del comisario como de les artistas Marta Azparren y Marcelo Expósito, y la escritora Andrea Valdés, vehiculan la narración de esta muestra. Además, comparten ciertas preocupaciones y posiciones culturales del propio Luigi Nono, siempre abiertas a la experimentación y al cambio, a la vez que críticas con el dogmatismo y el determinismo de lo predecible.

Me atrevería a relacionar algunas de las cuestiones que seguramente se han tenido en cuenta a la hora de articular esta exposición, como la preocupación que Nono tuvo por la condición obrera y el trabajo en la fábrica, presente también en su compromiso político y militancia comunista, atravesada por la decepción soviética y la permanente nostalgia de una revolución imposible que él proyectaba en su admiración y preocupación por los movimientos insurgentes latinoamericanos; el desasosiego que le producían las guerras; las influencias de los filósofos Walter Benjamin y Antonio Gramsci o Massimo Cacciari y Aldo Gargani, pero también los poetas Hölderlin, Rilke y Goethe o Antonio Machado, además de García Lorca que está muy presente en la exposición.  

Como no, la memoria, el espacio, las resonancias literarias y acústicas venecianas que le llevan a profundizar en la simultaneidad del tiempo y en la naturaleza ambivalente y, a la vez, unívoca del sonido y el silencio. A esas influencias, habría que sumar, sin duda, la vinculación del compositor con el polifacético Nanni Balestrini, con el que compartía disidencias estéticas. A pesar de sus divergencias políticas sobre el sentido y la organización de las luchas comunistas, ambos vicularon siempre su trabajo artístico con la militancia política activa, compometida con las causas populares. 

Y sin duda, en la exposición ocupa un lugar central la poesía de Federico García Lorca que, en su versión menos idealista, se convirtió en referente para una generación de activistas italianos, preocupados por la guerra civil española y, después, por el franquismo. No en vano, el título de la exposición remite a un verso extraído de su poema “La sangre derramada, incluido en su poemario Llanto por Ignacio Sánchez Mejías publicado en 1935.

Luigi Nono mantuvo siempre una estrecha relación personal con distintos representantes de la cultura española. De hecho, la exposición ejemplifica, en concreto, la amistad y complicidad que con el artista Antoni Tàpies tuvieron Nono y Nuria Schönberg, precisamente nacida en Barcelona, en 1932, durante el periodo de estancia que su padre Arnold, el celebre compositor vienes, tuvo en el barrio de Valcarca, en Gracia. Precisamente, junto a Francisco Jarauta amigo de la familia, la hija de ambos, Serena Nono, presentó en esta edición del festival RESIS I film di familia, un montaje de películas en formato super-8 que recopila materiales familiares y documentos de las décadas de 1960 y 1970, periodo histórico tan importante para el devenir de la Europa contemporánea.

En estos tiempos de involución política, ahora que Europa se encuentra otra vez amenazada por partidos políticos ultranacionalistas, autoritarios, reaccionarios y abiertamente xenófobos, racistas u homófobos, es el momento de reflexionar desde las resistencias culturales liberadoras que podemos encontrar en las relaciones entre arte, música, política y vida como potencias para la utopía democrática y social. En cierto modo, como a través de esta exposición, podríamos evocar la vida en común de estes cuatro artistas que se cruzaron en la Academia de España en Roma, donde nunca han dejado de palpitar y reinventarse las culturas europeas, cada vez más felizmente atravesadas por la generosa y fértil presencia de otras voces y cuerpos procedentes de todo el mundo.

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