No dudo de que la cuestión de los desahucios es un problema prioritario de nuestra sociedad, pero tal vez la solución no pase sólo por un ajuste en la ley de de hipotecas, sino en un cambio substancial en los modelos de acceso a la vivienda. David Harvey apunta a la raíz del problema y avanza algunas ideas a tener en cuenta.
D.Harvey: «Para mí, éste es un aspecto crucial de la vida estadounidense, donde la gente se mueve desde un 60% de la población siendo inquilina hasta el punto culminante en 2007/08 en el que cerca del 70% de la población se convierte en propietaria de vivienda. Por supuesto, esto crea un tipo diferente de atmósfera política. Una atmósfera política donde la defensa de los derechos de propiedad y los valores de propiedad empiezan a cobrar mucha importancia.
Se da un diferente tipo de política porque la vivienda se convierte en una forma de ahorro para familias de clase media y trabajadora. Obviamente, la gente accede a esos ahorros mediante la refinanciación de sus casas. Hubo mucha refinanciación durante el auge de la propiedad en EE UU. Mucha gente se benefició de los altos precios de la vivienda. Esta promoción de la propiedad de vivienda se trata ahora como si fuera una especie de sueño de toda la vida de aquellos que viven en Estados Unidos. Sin embargo, sin lugar a dudas, siempre ha existido este tipo de idea en Estados Unidos con poblaciones trabajadoras migrantes, de que si consigues un poco de tierra, cultivas algunas cosas en ella, etc., podrías acabar teniendo una buena vida. Sí, esto era parte del sueño inmigrante. Pero esto ha sido transformado en propiedad de vivienda suburbana, que no es tener vacas y pollos en tu patio trasero, sino tener símbolos de consumismo todo a tu alrededor.
La razón por la que Marx es importante en todo esto es porque Marx tenía una aguda comprensión de cómo funciona la acumulación de capital. Entendía que esta máquina de crecimiento perpetuo contiene muchas contradicciones internas. Por ejemplo, una de las contradicciones fundamentales de las que Marx habla es entre el “valor de uso” y el “valor de cambio”. Puedes ver que esto funcionó muy claramente en la situación de la vivienda. ¿Cuál es el valor de uso de una casa? Bien, es una forma de cobijo, un sitio de privacidad, es donde uno puede crear una vida familiar, y podemos enumerar otros valores de usos de la casa, pero la casa tiene también un valor de cambio. Recuerda, cuando tú alquilas la casa, estás simplemente alquilándola por lo que te sirve. Pero cuando compras la casa, ahora ves este hogar como una forma de ahorro y, tras un tiempo, usas la casa como una forma de especulación. Como resultado de esto, los precios de la vivienda se disparan. En este contexto, el valor de cambio empieza a dominar al valor de uso de la casa. La relación entre valor de cambio y valor de uso empieza a irse fuera de control. Así que cuando el mercado inmobiliario estalla, de repente cinco millones de personas pierden sus hogares y el valor de uso desaparece. Marx habla de esta contradicción y es una importante. Debemos hacer la pregunta: ¿Qué deberíamos estar haciendo con la vivienda? ¿Qué deberíamos hacer con la asistencia sanitaria? ¿Qué estamos haciendo con la educación? ¿No deberíamos estar promoviendo el valor de uso de la educación? ¿O deberíamos estar promoviendo el valor de cambio de estas cosas? ¿Por qué las necesidades vitales deberían ser distribuidas a través del sistema del valor de cambio? Obviamente deberíamos rechazar el sistema del valor de cambio, que está atrapado en la actividad especulativa, ganancias excesivas, y realmente afecta las formas en las que podemos adquirir productos y servicios necesarios. Ése es el tipo de contradicción del que Marx se daba cuenta bien.