Este dibujo aparece en las páginas de Blanco Nocturno, novela de Ricardo Piglia que, situada en el impasible paisaje de la llanura argentina, narra una historia de traiciones, con una falso culpable y otro verdadero. Sirve para ilustrar las teorías que el comisario Croce utiliza para desvelar el asesinato que está investigando y para explicar a Emilio Renzi, el celebre periodista de las novelas del autor argentino, la manera en la que pueden resolver el crimen. No dejarse guiar por las apariencias que pueden ocultar otras verdades insospechadas.
Con una gran parte de la clase política actual y el hipócrita parlamentarismo al que nos tienen acostumbrados me pasa también algo parecido. Su retórica casi siempre me remite al célebre refrán, porque tengo la sensación que me quieren dar «pato» por liebre. Como antídoto, siempre trato de descubrir lo que realmente ocultan sus palabras para desvelar sus engaños. Parafraseando a Elias Canetti tendríamos recuperar la conciencia de las palabras, ahondar en ellas en busca de su responsabilidad, porque los hombres se hablan unos con otros (Karl Kraus), pero parece que pocas veces se entienden.