Esta imagen del policía ante mujer ucraniana con espejo refleja muy bien esa condición «inesperada» de la representación, que puede considerarse artística a su pesar o , precisamente, por eso mismo. Esas mujeres tienen la esperanza de que el hombre que tienen delante reflexione sobre su propia condición y creen que cambiará su punto de vista sobre las cosas. Esta radical oposición performativa de género que intenta convertir a un represor uniformado en un ser humano, le añade a la estética un profundo sentido ético. Lograr su duda y conseguir que, aunque sea como representación, se pase al otro lado del espejo sería, de este modo, un arma decisiva para la victoria.
Sin embargo, estas otras imágenes parecen indicarnos que no hay humanismo posible, porque la razón de estado, más allá de la ética, incluso aunque estéticamente sea admirable, se impone al idealismo de las mujeres.
En cualquier caso, como decía W. Benjamin una verdadera historia del arte no debe contar la historia de las imágenes, sino acceder al inconsciente de la vista, de la visión, algo que se puede lograr por medio del montaje interpretativo. He ahí la importancia incontestable del espectador, como sujeto activo y crítico que, en definitiva, es quien construye con su discernimiento el significado de cualquier imagen, porque debe ser su subjetividad la que establezca una relación crítica con lo que cree que ve y, así, tratar de escapar de la cadena de los estereotipos.
Georges Didi-Huberman nos recuerda que cada imagen nueva requiere un trabajo nuevo, reaprender a ver y a hablar. Hay que respetar que las cosas aparecen siempre de manera diferente y verlas de manera cada vez diferente. Según el especialista francés, una imagen, por tanto, incluida una fotografía, es un “medium”, no exactamente la realidad , aunque, en cierto modo, siempre tocan lo real: hay un punto en el que la imagen nos indica algo que no es sólo apariencia.
[…] POLICIA UCRANIANO ANTE MUJER CON ESPEJO | Santiago Eraso Beloki. […]