Estos días, cuando de nuevo observo las imágenes de miles de african@s ahogándose en el Mediterráneo o familias enteras del este huyendo de sus países en guerra, vuelvo a pensar que aunque en Europa coexistimos en un aparente estado de paz, en realidad estamos inmersos en un proceso permanente de militarización de nuestras vidas y, en consecuencia, cada vez más cerca de vivir en un permanente estado de excepción.
Parafraseando a Achille Mbembe, creo que en nuestro mundo las armas y los ejércitos se despliegan con el objetivo de una destrucción máxima de las personas y de la creación de mundos de muerte que, además de un gran negocio, es la forma de política que organiza el mundo. Es lo que el profesor camerunés denomina Necropolítica: formas únicas y nuevas de existencia social en las que numerosas poblaciones se ven sometidas a condiciones extremas de pobreza que les confiere el estatuto de muertos-vivientes. De esta manera, la expresión última de la tan cacareada soberanía europea reside, principalmente, en el poder y la capacidad de decidir quién puede o no vivir y, por tanto, quien debe morir. Este control sobre la vida de los seres humanos, nuestras herman@s de especie, presupone la división en diferentes grupos y, por tanto, el establecimiento de una segregación biológica entre unos y otros. La seguridad que protege la Europa del bienestar y refuerza nuestra acomodada sociedad se basa, por tanto, en la percepción de la existencia del Otro como un atentado a nuestra propia vida, como una amenaza mortal o un peligro absoluto que justificaría la eliminación física de todas esa personas inocentes. Es decir, racismo en estado puro.
Muy estimado Santiago: Para empezar felicitaciones compartidas por haber tenido la generosidad de asumir una tarea tan dura y difícil como la que has aceptado. Por otra parte me parece de lo más oportuno el que hayas utilizado el concepto de Achille Mbembe de Necropolítica, que enmarca muy bien lo que está pasando en nuestro mar tanto con las personas que huyen de bombas e integrismos como los que cruzan el mar en busca de un proyecto de vida. Me parece muy preocupante que las terribles imágenes, que están circulando por las redes, las teles, no hayan provocado ninguna respuesta por parte de la gente de la cultura. Cómo ves la posibilidad de organizar un gran concierto en solidaridad con los refugiados de zonas de conflicto y los demás migrantes, que se ven obligados a cruzar el Mediterráneo en naves imposibles? Este concierto podría ser el cierre o el inicio de unas jornadas de reflexión sobre la Necropolítica, o como quiera que queramos llamar a la actual estrategia geopolítica que nos amenaza a todos, cuyo brazo económico ya ha laminado el nivel de vida de muchas de las gentes de nuestro país.
Besos y mucha suerte Elena
El otro día pensando en esto me surgió una suerte de ejercicio de política ficción.
Un presidente/a (pongamos el nuestro) de uno de los países de la UE pide acoger cientos de miles de refugiados sirios, afganos, libios, que llegan estos días a Europa. Anuncia un plan de acogida en su país (pongamos el nuestro), pide a los ciudadanos, a las familias, a las asociaciones, que hagan lo posible por abrir sus casas a los necesitados. Anuncia también un programa nacional, coordinado con las regiones y los municipios para habilitar residencias, colegios, pisos sociales para los refugiados. Se abrirán plazas en los colegios para escolarizar a los niños, se facilitará la contratación y la formación de los recién llegados, se les permitirá abrir negocios, tratar de prosperar.
En su discurso a sus conciudadanos insiste en que acoger a los refugiados no solo es lo correcto a nivel humano y moral, sino que es bueno para su país a medio y largo plazo porque todos estos recién llegados (muchos son jóvenes y educados) acabaran aportando mucho mas de lo recibido.
La respuesta de la ciudadanía y las instituciones es entusiasta. Todos se vuelcan por abrir sus comuniades a los recien llegados. Se genera un clima de optimismo y de euforia.
Ese presidente/a se convierte en un icono de los derechos humanos. Su ejemplo cunde en Europa. Otros países y sobre todo otros pueblos piden también acoger a más refugiados.
Ese presiente/a gana holgadamente las siguientes elecciones en su país…
Después, me desperté con una sonrisa en los labios
Miguel