REVISAR LA(s) HISTORIA (s), SIEMPRE

El Museo Zumalakarregi es un museo de esos que no están en los centros de los mapas culturales, ni de la rutas turísticas convencionales pero que, gracias a la iniciativa de la Diputación Foral de Gipuzkoa, lleva treinta años siendo un lugar destacado para acercar al público general y especializado el siglo XIX en el País Vasco y, por extensión, también los grandes cambios sociales, culturales, económicos y políticos de España en el inicio del mundo contemporáneo. Además de preservar, investigar e incrementar los contenidos y colecciones, propone un viaje dinámico a lo largo de esta época clave para conocer y comprender la sociedad actual. Se encuentra en el corazón de Gipuzkoa, en La Casa Iriarte-Erdikoa de Ormaiztegi, un típico caserío vasco del siglo XVIII donde vivió la familia Zumalacárregui, cuyos miembros más destacados fueron Tomás, el general carlista, y  Miguel, el político liberal. Dos hermanos que representaron sendas actitudes contrapuestas de pensar la política y que, en cierto modo, se reproducen también en cualquier familia y comunidad.

Este año, el museo ha celebrado sus treinta años de existencia y con ocasión de esa efeméride han publicado, en formato postal, treinta imágenes de su colección con otros tantos breves textos entre los que se encuentra este que escribí rememorando las exposiciones que celebramos en el año 2013 en Ormaiztegi, con ocasión del primer capítulo de actividades del programa de Donostia/San Sebastián Capital Europea de la Cultura 2016 y dentro del proyecto Tratado de Paz, dirigido por Pedro G. Romero

REVISAR LA(s) HISTORIA (s), SIEMPRE

En el epílogo que la filósofa catalana Marina Garcés escribió para el opúsculo El peligro de la historia única de la escritora nigeriana Chimamanda Hgozi Adichie, se pregunta: “¿De cuántas historias está hecha una idea?. En la escuela hemos aprendido, si hemos tenido suerte –dice- historia de las ideas. La llamamos Historia de la Filosofía. Es una materia en singular, que nos dice que hay una sola historia, un solo camino, un origen y un final con diversas etapas, diversas corrientes, diversas lenguas… pero, en cualquier caso, un solo pensamiento universal encajonado en una sola historia. Hay pueblos, hay cuerpos, hay autores y hay formas de pensar que han  encontrado en ella su lugar. El resto ha quedado fuera. Desde esta óptica, hay gente sin historia y hay gente sin filosofía. Pero lo que no hay, ni puede haber, es gente sin ideas y gente sin historias (…) aprender a pensar es aprender a relacionarnos con lo que no sabemos, concluía.

Las relaciones entre historia y verdad, parafraseando al historiador y teórico de la historia Reinhart Koselleck, tan solo se pueden abordar si se acepta la compleja relación entre presente, pasado y futuro, y si en esa relación espacio temporal vemos estallar diacrónicamente nuevos conflictos. En cierto modo, como Pedro G. Romero planteó en la exposición 1839. Ante el Abrazo de Bergara. Gesto e interpretación presentada en el año 2013 en el Museo Zumalakarregi, en el marco del proyecto «Tratado de Paz» del programa de la Capital Europea de la Cultura 2016.

En aquel conjunto de exposiciones las obras de arte presentadas apelaban a su condición anacrónica, no en el sentido vejatorio que la palabra alcanza en su uso común, sino como resultado del uso que, primero Carl Einstein y Walter Benjamin y después también Giorgio AgambenGeorges Didi-Huberman, dieron al término en un sentido que revaloriza los relatos históricos. Anacronismo– decía Pedro G. Romero, como esa facultad para hablar a dos tiempos a la vez, una a cualquier tiempo pasado, incluso atendiendo a instancias mitológicas del tiempo y la historia, y otras tendiendo al presente, más allá de las condiciones culturales en las que se fabricó o produjo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s