Los comentarios adjuntos de la arquitecta Carme Pinos, sobre la ciudad de Barcelona, meca del turismo internacional y, a la vez, modelo que tratan de imitar otras muchas urbes españolas, me han traído a la memoria algunas ideas que Dean MacCanell, expuso en Sevilla durante la celebración del primer «Capital y Territorio» y coordinado por Mar Villaespesa y BNV producciones . Argumentos presentados en dos de sus libros más importantes: «El turista: una nueva teoría de la clase ociosa» y mas tarde en «Lugares de encuentro vacío«, este último, muy cerca también del célebre «Los no lugares» de Marc Auge.
Para el profesor de paisajismo de la universidad de California, la expansión material e ideológica del capitalismo y de la modernidad se encuentra vinculada con la masificación del ocio y el turismo, y viceversa, ya que los turistas son una de las puntas de lanza de la economía más depredadora y menos consciente. El turista «consume» espacios, a la vez que los vacía de tradición y sentido. Tal vez genere recursos y empleo, pero altera sustancialmente las relaciones humanas y sociales de sus habitantes. En fin, nadie escapa de una u otra manera a esa condición de turista, pero ahora que en la campaña electoral tanto se habla de cultura y turismo no estaría de más si pensáramos hasta donde determinados modelos de crecimiento tan solo serán la antesala de ruinas venideras.